¿Dónde falló la capital? Acevedo cuestiona que gestión de Chahla no se traduzca en votos

Los resultados de las recientes elecciones legislativas nacionales en Tucumán han abierto un necesario y profundo análisis de autocrítica dentro de las filas del oficialismo provincial. El vicegobernador Miguel Acevedo, presidente de la Legislatura, se apresuró a ponderar los más de 50 puntos obtenidos por el Frente Tucumán Primero a nivel provincial, un logro que calificó como "extraordinario" en un contexto nacional dominado por el color violeta de La Libertad Avanza (LLA). Sin embargo, ¿puede el peronismo conformarse con la victoria global mientras persisten los enormes déficits electorales en los principales centros urbanos? Acevedo no dudó en destacar la mejora en Capital, donde la derrota se redujo de 15 puntos a solo tres, pero su mensaje más incisivo apuntó a un problema estructural: la gestión de la intendenta Rossana Chahla "es buena", pero "eso no se transmitió en votos". La pregunta clave, entonces, es: ¿por qué la ciudadanía de la capital no está percibiendo la gestión municipal como una extensión del proyecto provincial?

A pesar de la lectura de "vaso medio lleno" sobre la reducción de la diferencia en la capital —pasando de una derrota por 70.000 votos en el balotaje 2023 a solo 12.000 sufragios de diferencia en estas intermedias—, el vicegobernador puso a San Miguel de Tucumán y Yerba Buena bajo la lupa, distritos que terminaron teñidos de violeta. Si el peronismo logró casi el 51% de los votos a nivel provincial, ¿por qué la intendenta no logró retener la Capital, un bastión crucial que LLA cosechó con 151.000 votos? Acevedo fue claro al señalar que "da la sensación que quienes habitan los circuitos más céntricos no percibieron" la supuesta mejora. ¿Acaso la gestión de Chahla, enfocada en obras visibles como paradas de colectivo y bacheo en el microcentro, no está logrando permear a los barrios ni convencer al electorado más independiente, o el voto de rechazo al peronismo provincial es simplemente un factor demasiado grande para que la intendencia pueda revertirlo?

La necesidad de "traducir la gestión en votos" se convirtió en el eje central de la reflexión de Acevedo, quien urgió al peronismo a buscar la forma de que "se sepa que somos una misma gestión", buscando integrar la labor de la intendenta en la narrativa del Frente Tucumán Primero. Esta declaración subraya una aparente falta de conexión o de comunicación efectiva entre la Casa de Gobierno y la municipalidad capitalina, lo que dificulta la identificación del votante con la unidad del proyecto. ¿Por qué el votante de la Capital sigue votando "otra cosa o lo que habían votado con anterioridad" si, como afirma Acevedo, la ciudad ha experimentado un cambio visible? El reconocimiento implícito de que existe un problema de percepción o de identidad política en los centros urbanos obliga a la dirigencia a cuestionar seriamente si el mensaje de unidad está llegando a los ciudadanos o si solo se consume dentro de la propia estructura partidaria.

Finalmente, el análisis del vicegobernador se extendió al plano nacional, donde el sorprendente resultado de Javier Milei fue vinculado directamente al "acuerdo de Argentina con Estados Unidos" y al apoyo del expresidente Donald Trump. Acevedo expresó su "dolor" ante este acuerdo, cuestionando la falta de transparencia: "Todavía no alcanzamos a dilucidar en qué nos estamos comprometiendo". Si bien celebra la contención de la inflación y la estabilidad del dólar, lanzó una seria advertencia: "si no cuidamos las economías regionales, si no fortalecemos la industria, se va a hacer muy difícil". ¿Está el vicegobernador deslizando una crítica velada a las prioridades del Gobierno nacional o simplemente está informando sobre el riesgo que implican estas políticas para una provincia con una fuerte base productiva como Tucumán? El análisis post-electoral, aunque superficialmente positivo, evidencia grietas y desafíos urgentes que el peronismo deberá abordar de cara al futuro.