Salarios "Dinámicos": ¿Remuneración por Productividad o Flexibilización Encubierta?


La Casa Rosada puso en la mesa de discusión una de las reformas más sensibles: la laboral, cuyo eje central es la figura de los "salarios dinámicos". El concepto, expuesto por el secretario de Trabajo Julio Cordero, busca vincular las remuneraciones a la productividad y la situación económica de cada empresa, desvinculándolas de los convenios colectivos. ¿Es esta la clave para que Argentina recupere la competitividad perdida o una medida que vulnera el principio constitucional de "igual remuneración por igual tarea"?
Según Juan Martín Morando de BDO Argentina, la propuesta busca reemplazar el esquema tradicional de pisos salariales por acuerdos más flexibles a nivel empresa, con el objetivo oficial de "reducir costos y fomentar empleo formal". Sin embargo, el especialista advierte que esto choca con el artículo 14 bis de la Constitución, ya que permitiría que empresas de la misma actividad, pero de diferente productividad (como un kiosco y un supermercado), paguen salarios distintos. ¿Cómo planea el Gobierno conciliar la búsqueda de competitividad con el principio de equidad salarial en un mercado laboral tan heterogéneo?
La iniciativa ya encontró el rechazo categórico de la CGT. Gerardo Martínez, líder de la Uocra, afirmó que el planteo es la ratificación del rechazado Decreto 70/23 y un intento de "flexibilización encubierta". La preocupación de los sindicatos es doble: debilita la negociación colectiva y, al desvincular los aumentos de la inflación, traslada el riesgo económico al trabajador, poniendo en jaque su poder adquisitivo. Martínez fue contundente: "¡#BASTA!". ¿La Casa Rosada tiene la capacidad política de imponer esta reforma a pesar de la frontal oposición de la central obrera?
Otro punto de controversia es la propuesta de que los valores de los convenios colectivos pasen de ser "pisos" salariales a funcionar como "techos" de referencia, lo que restaría garantías a los empleados. Los especialistas también observan contradicciones en el mensaje del Gobierno: mientras se intenta incentivar la productividad, se derogó la exención del Impuesto a las Ganancias sobre los bonos por rendimiento. En síntesis, la reforma propone una mayor adaptabilidad, pero el desafío, como advierten los analistas, es encontrar un equilibrio que no vulnere los derechos de los trabajadores, quienes, en definitiva, vienen "soportando sobre sus espaldas las consecuencias de la crisis". ¿Podrá el Gobierno sortear el "impulso cíclico" de las reformas laborales fracasadas sin terminar precarizando aún más la fuerza de trabajo?
