UNT apelará el fallo YMAD: ¿se esfumó el delito financiero para el ex funcionario Sacca?


La Universidad Nacional de Tucumán (UNT) ha confirmado que presentará un recurso de casación contra la sentencia que condenó al exrector Juan Alberto Cerisola y a tres de sus exfuncionarios por el controvertido manejo de las utilidades mineras de YMAD. La decisión fue comunicada este martes ante el Consejo Superior de la UNT, reafirmando la obligación del organismo de continuar el litigio ante lo que considera un resultado parcialmente adverso. Cerisola fue condenado a tres años y seis meses de prisión por defraudación y el incumplimiento de deberes, pero el gran interrogante se centra en la absolución de Luis Fernando Sacca, el ex subsecretario administrativo. ¿Acaso la Justicia Federal consideró que el manejo financiero de los millones de pesos ingresados entre 2006 y 2009 no presentó irregularidades de peso, o la prueba expuesta en el juicio no fue suficiente para sostener la acusación de la querella universitaria? La UNT insiste en que el tribunal no valoró adecuadamente la prueba contra el exfuncionario clave.
La paradoja judicial generada por la sentencia subraya la complejidad del "descalabro" que aún está lejos de ser digerido por la UNT. La querella analiza la escasa diferencia de responsabilidad reflejada en las condenas entre Cerisola (3 años y 6 meses) y su ex directora de Construcciones, Olga Cudmani (3 años y 2 meses), cuestionando la proporcionalidad de las penas impuestas por el tribunal. Pero la mayor crítica recae sobre el hecho de que el tribunal desistió de acusar a Cerisola por haber firmado un acta en 2008 con YMAD que modificó la distribución de utilidades, una potestad que, según la Ley 14.771 y el reglamento universitario, solo compete al Consejo Superior. ¿Por qué los jueces se abstuvieron de fallar sobre esta disposición unilateral de bienes universitarios? La explicación de que existía una causa paralela en la Justicia Federal de Catamarca abre una potencial vía de impunidad en caso de que aquella sentencia posterior anule el acta firmada por el exrector.
El caso YMAD investigado en este juicio se centró únicamente en el período comprendido entre 2006 y 2009, que involucró aproximadamente U$S 85 millones, y solo se analizaron las irregularidades en 13 obras ejecutadas por contrato. Sin embargo, la propia Universidad reconoce que el monto total de dinero ingresado entre 2008 y 2014 asciende a unos U$S 220 millones, y que la mitad de esos fondos fueron girados a otras universidades sin la necesaria autorización del Consejo Superior, justamente a causa del controvertido acuerdo de 2008. ¿Qué mecanismos de control fallaron para que una porción tan grande de las utilidades, destinadas a la UNT, se manejara con esa discrecionalidad y por qué no se investigó la totalidad de los fondos? La condena sobre solo 13 obras deja en el aire la pregunta sobre las 94 obras totales realizadas en ese período y quién ejerció realmente los controles sobre esos trabajos.
La decisión de la UNT de apelar contra la absolución de Sacca es, en esencia, un intento de evitar que el manto de la duda beneficie a un exfuncionario en un caso que ha provocado una profunda "vergüenza" institucional. El querellante Patricio Esperguín ha insistido en que correspondía la acusación por el manejo financiero, lo que sugiere que la universidad posee elementos que los jueces federales no habrían considerado suficientes. ¿La condena a Cerisola y la absolución parcial son suficientes para cerrar este doloroso capítulo para la casa de altos estudios o la UNT tiene la obligación, ante la opinión pública y la comunidad académica, de ir hasta las últimas instancias para recuperar la confianza quebrada en la administración de sus multimillonarios recursos? La apelación busca esclarecer si el descalabro millonario tuvo más responsables de los que la sentencia federal determinó.
