¿Victoria o nuevo revés? El peronismo tucumano juega su suerte al todo o nada en la Capital

El Partido Justicialista de Tucumán ha puesto en marcha su maquinaria territorial en San Miguel de Tucumán, el distrito más grande de la provincia, con cerca del 35% del padrón. El objetivo es ambicioso: asegurar tres de las cuatro bancas de Diputados que se renuevan y, para lograrlo, es fundamental recuperar la Capital. Con la elección a horas, la dirigencia pejota intensifica la capacitación de fiscales y la logística barrial, a pesar de los antecedentes. ¿La unificación bajo "Tucumán Primero" será suficiente para revertir el histórico rechazo de la Capital al justicialismo en elecciones nacionales?

El desafío es mayúsculo. La Capital es un distrito que ha dado resultados volátiles al peronismo: desde el arrasador triunfo de 2005 hasta el duro revés del balotaje de 2023, donde Javier Milei se llevó seis de cada diez votos, incluso en circuitos históricamente peronistas. Si bien el triunfo de Rossana Chahla en las comicios locales de 2023 dio un respiro, la elección nacional tiene dinámicas diferentes, como lo demostró el triunfo opositor de Juntos por el Cambio en 2021. ¿Qué tan efectiva será la estrategia de movilización barrial ante un electorado que ha demostrado una marcada tendencia a diferenciarse de la línea oficialista nacional?

Los armadores del PJ están focalizados en los barrios, donde buscan aceitar las estructuras y coordinar el "reparto" de escuelas entre los principales referentes para la fiscalización. Con la lista encabezada por Osvaldo Jaldo y el respaldo de Juan Manzur y Miguel Acevedo, la estrategia busca anular los "celos" internos y las "distracciones". A esto se suma el apoyo de fuerzas ajenas al PJ, como Libres del Sur y el PJS. Si bien la lista cuenta con figuras de alto peso provincial, ¿la ausencia de una figura capitalina de renombre en los primeros puestos de la lista no representa una debilidad estructural en el principal distrito electoral?

La gran incógnita es si la participación electoral jugará a favor o en contra del peronismo. La hipótesis que se maneja es que una baja en la afluencia de votantes en el centro y las zonas tradicionalmente opositoras podría mermar la cosecha de votos de sus rivales (libertarios, radicales y bussistas). No obstante, la Boleta Única de Papel (BUP) añade un factor de imprevisibilidad. ¿Logrará el Justicialismo superar sus propias divisiones históricas y la tendencia opositora de la Capital, o los esfuerzos logísticos solo conseguirán limitar una nueva derrota en el distrito crucial?